La falta de tiempo, la comodidad de nuevos productos, como los nuestros, que ofrecen resultados sin apenas esfuerzos o el desconocimiento hacen que muchas veces no hagamos una limpieza o higienización eficaz de las prendas que vestimos. Aquí tienes unos sencillos consejos con los que puedes conseguir una forma “más limpia de limpiar” y, sobre todo, más sostenible.
Aproximadamente el 40% de la energía que se consume en el hogar procede del uso de electrodomésticos (30%) y de la generación de agua caliente (10%), por lo que utilizar lavadoras llenas de la carga óptima ayuda a controlar el gasto de agua y luz. Se requiere organización para juntar lavadoras donde llegar a los máximos de carga con prendas del mismo color o tejidos, pero no es una labor difícil de conseguir.
Muchas lavadoras actuales permiten configurar la cantidad de agua a la cantidad de ropa que se vaya a lavar. Además, es aconsejable optar por las configuraciones eco, que utilizan menos agua que un lavado normal. Igualmente, siempre que sea posible, se pueden utilizar ciclos de lavado cortos y menos agua caliente. Como nos recuerdan desde WMF, el uso de agua fría puede ahorrar hasta el 80% de la energía requerida para lavar la ropa.
A la hora de utilizar tanto detergentes como otros productos es importante utilizar sólo la cantidad necesaria, sin abusos, para reducir así la cantidad de contaminantes que se van por el desagüe.
Tender la ropa al aire libre es una opción que nos ayudará a consumir menos electricidad que utilizando la secadora.